Inteligencia en el manejo empresarial

Que una empresa tenga un desempeño exitoso en el mercado depende de las capacidades de sus ejecutivos y la inteligencia que posean para tomar decisiones y planificar estrategias de corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la inteligencia no es la única herramienta que debe potenciar un ejecutivo.

La rapidez mental no sirve para nada cuando una persona no tiene personalidad. En gran cantidad de ocasiones el pensamiento meramente racional no sirve para manejar a una empresa y llevarla por el camino del éxito. La inteligencia debe estar alimentada en grados por otros factores emocionales que ayudan a tomar las mejores decisiones para la empresa y sus trabajadores.

Dependiendo del área en el que se desempeñe el ejecutivo es necesario desarrollar niveles de inteligencia en los que se vayan mezclando otros aspectos que sirven para mejorar el rendimiento y generar una mejor interacción con los empleados. La dosificación emocional es muy importante para que la inteligencia del ejecutivo sea bien aprovechada.

Por dicho motivo siempre se dice que un Director Ejecutivo (CEO) debe poseer un carisma especial. De esta manera logrará un mayor nivel de empatía con los demás trabajadores y las relaciones serán más fáciles y efectivas. Un punto fundamental para que esto ocurra es que el CEO provenga de la misma empresa que va a dirigir.

Esto último es muy importante ya que el ejecutivo conoce la empresa y a sus trabajadores, y también sabe cuáles son las posibilidades y las limitaciones de la compañía en el camino del éxito. Si el nuevo CEO proviene “de afuera”, su inteligencia no será suficiente para tomar las riendas de la organización porque siempre será visto como un extraño.