Dimensión óptima de la empresa

Una empresa posee una dimensión óptima cuando produce a unos costes más reducidos que sus competidores obteniendo unos beneficios superiores a los de estos.

La eficiencia de una empresa depende de esa dimensión óptima aunque influyen otros factores (financieros, personales...).

La ventaja de tener una dimensión óptima está en que si una empresa es capaz de trabajar con los costes más bajos del sector conseguirá reducir sus precios y en consecuencia que los competidores incluso tengan que abandonar el mercado porque los nuevos precios no les permiten cubrir costes. En los países donde la economía crece continuamente se han creado empresas con dimensiones superiores a la óptima ya que se prevee que en un futuro haya que ampliar la empresa y se prefiere soportar costes actuales de inactividad que tener que hacer frente a costes superiores de ampliación.

Al diseñar el sistema de producción es muy importante determinar la cantidad de unidades que se han de vender para que los ingresos sean iguales a los costes ya que a partir de esta cantidad la empresa empieza a obtener beneficios (punto muerto o umbral de rentabilidad)